“Para Ioshua” de Natalia Capobianco

Ilustrado por Male Vigon

Su corazón es puro fuego

           Un incendio de sentimientos

          Una tragedia de ansiedades

 Un silencio en toda la garganta

        Su corazón es mío

         Y es feroz

Ioshua – “Amor al barrio”

Lo miro mientras me lo cojo

no lo puedo creer

estoy encima de este tipo

desnudo frente a mí

por primera vez

Quiero registrar las imágenes

cada pliegue de su piel

las pecas perdidas en sus hombros

Lo miro mientras me lo cojo

Él me mira también.

Una especie de onda magnética

nos lleva a otra dimensión

en la que prima la calentura

y algo parecido al amor,

Pero no.

Lo miro mientras me lo cojo

Recorro la planicie de su espalda

Sus marcas

El pelo corto en la nuca

Me concentro en el sabor de sus orejas

el olor de su piel transpirada

Cada embestida es en un registro quieto de nuestros cuerpos

archivada en mis huesos

Cada una de mis células tendrá memoria

Una pelea para mantener el corazón invicto

Un atajo disponible para no reclamar su presencia

Después de coger todo se quedará conmigo

Voy a succionarlo. Devorarlo

como una compuerta que se abre cuando el rio esta crecido

Lo miro mientras me lo cojo.

Me llevo su olor, sus contornos

La curva de sus rulos y la oscuridad de sus ojos.

Sus brazos flacos e inseguros

Sus manos chicas y generosas

Me llevo la figura de su abdomen sin trabajar

Me llevo su pija

Y todo lo demás

No te enamores dice

Lo miro mientras me lo cojo y le juro en silencio

Que cuando esto termine igual va a ser mío

Voy a caer agotada sobre su cuello

lo voy a rodear con mis brazos

Todo lo que pueda abarcar

Vamos a encontrar un ritmo parejo

Unos minutos en la oscuridad antes de encender las luces

Que aullaran chorros de realidad, el ahora

Acá: dos cuerpos mojados, acabados, satisfechos

Nunca enamorados

Algunas risas y comentarios sobre lo bueno que es garchar

Una mano que despeina

Una palmada en la cola antes de ponerme la bombacha

Algunos mimos antes de salir a la calle

Una despedida más cálida que lo habitual,

Pero sin intimidad

Todo lo necesario para no desbarrancar en sus brazos

ya lo tengo conmigo

Sellado

Mi disco duro saturado

No te enamores de mí, repite

Pero ya me enamoré

También lloré

Y también me despedí

Todo en un mismo garche y como ves

No me morí.