“La casa” de Amelia Jabloni

Ilustrado por Marta Biagioli

1.

Hace muchas noches que no duermo. La búsqueda de la casa de nuestros sueños consume toda mi energía pero estoy feliz. Sé que estamos cerca. Tengo como veinte páginas abiertas en la compu con muchas opciones: casas, departamentos, PHs. Las negociaciones con el banco van bien. Esto del boom crediticio es genial; al fin vamos a ser dueños. Vos vas a ser dueña, porque yo ya lo fui. Ya vendí todo lo que tenía para darte a vos lo mejor. Es cierto que hay burocracia, papeles que presentar. El sistema de este país es perverso, lo sabemos todos, pero yo puedo ganarle al sistema. No te conté para no preocuparte pero sé que confiás ciegamente en mí. Por ahora no declaré el terreno que tenemos en el campo, así nos dan un poco más de guita y después capaz hasta podemos construir algo allá, cerca de la casa de mis viejos. Todo va sobre ruedas.

Todo este movimiento me tiene eufórico. No sé cómo vos podés mantener la tranquilidad. Tu pasividad a veces me enferma, me dan ganas de sacudirte un poco. Te veo dormir tan relajada y pienso que deberías estar acompañándome en esta búsqueda. Al fin y al cabo, lo hago por vos, por los chicos, para que tengas la casa que siempre soñaste.

Sé que estabas cansada y que era la una de la mañana, pero es que de pronto había encontrado la propiedad perfecta. Te levantaste protestando. Habías tenido un día largo en el trabajo y a los chicos les había costado un montón dormirse. ¿A ver?, dijiste. Sí, es hermosa. creo que se nos va un poco del presupuesto. Pero es muy linda. Un poco más lejos de nuestro barrio ¿no? Más que nada de la escuela de los chicos. Y te volviste a acostar. Nada te viene bien. Te consigo el hogar ideal, con esas escaleras hermosas, orientación norte como a vos te gusta y me decís que es lejos. Respiro hondo. De todas maneras, el que va a pagar por todo soy yo. Mañana vamos a verla.

2.

Entrar a la casa es un sueño. Desde las ventanas del frente el sol inunda todo. El ambiente es cálido a pesar de esta mañana de invierno. Ya nos puedo ver haciendo asadito en la parrilla del patio y a vos cuidando tus plantas. Ya sé, la mujer de la inmobiliaria nos bajó la emoción de un hondazo con esto de que los dueños no quieren aceptar compradores con crédito. Pero vos déjame a mí que lo voy a resolver. También te escuché repetir por lo bajo que es un poco más lejos de lo que esperabas.

Hoy fui al banco. Todo está en regla. Hablé con mi viejo y me va a prestar lo que nos falta. Te dije que todo se iba a acomodar, que no iba hacer falta vender el terreno, ¿viste que te dije? Estos del banco son unos idiotas, no saben nada. Ahora hay que convencer a los dueños que vendan con crédito y que acepten la oferta que les hice. Tampoco voy a pagar lo que me piden ¿qué se piensan? De todo me tengo que encargar yo. Vos nada más decís que sí como un robot. A veces pienso que ya no querés estar conmigo, que la casa y mi esfuerzo te chupan un huevo. La rabia me sube cuando me ignoras así. Después pienso que estás cansada: los chicos, la escuela, tu trabajo. Ojalá me hicieras caso y abandonaras todo para estar más tranquila, para quedarte en la casa y cuidarla, tenerla linda. Pero no, siempre empeñada en laburar. Si no laburases tanto, tampoco te quejarías: que la casa es muy grande, que mantenerla te cuesta mucho, que estamos lejos. ¿Lejos de quién? ¿De tu familia?  Ya no sé como decírtelo, no los necesitamos. Los dos estamos bien, yo soy tu familia, los chicos y yo. Últimamente sólo abrís la boca para reprocharme cosas. ¿Y todo lo que hago por vos? Yo siempre pensando en nosotros y vos, concentrada en tu celular.

3.

Qué manera de sudar con la mudanza. Llevar y traer cajas, limpiar todo, mil viajes en auto de un barrio a otro. Subir los muebles por la escalera; siempre quisimos una casa con escaleras de madera, tan impecables y lustrosas. Te busco la mirada, quiero encontrar la felicidad en tus ojos.

Cuando terminamos de acomodar ya se nos hizo de noche. Menos mal que tu vieja se llevó a los chicos, una vez que colaboran en algo. Estamos agotados. Te digo de salir a buscar algo para comer y, de paso, caminar un poco el barrio. Vos te quejás del cansancio. Ni siquiera me aceptás la cerveza para festejar. Mejor nos quedamos y pedimos algo. Podemos hacer el amor entre las cajas que quedan, como en los viejos tiempos, ¿te acordás cuando empezamos a salir? No había cansancios, cogíamos en todos los lugares que encontrábamos, nos reíamos fuerte, pasabamos horas mirándonos a los ojos, felices. Y ahora no entiendo si estás triste o qué. Deberías estar feliz, deberías tener ganas de coger conmigo. Mejor no digo nada para no arruinar el momento, pero sabés que mañana a la mañana voy a insistir. No podemos dejar de festejar. En todos los momentos importantes de mi vida quiero coger con vos, aunque cada vez me la hagas más difícil. Tenés miles de excusas siempre. No imagino por qué ya no querés. A veces me despierto de madrugada y te miro. Te siento el olor, busco algún indicio. A veces, cuando te estás bañando, revuelvo tu cartera… pero no, no quiero pensar eso. No serías capaz.

4.

A mí no me vas a levantar la voz, hija de puta, conchuda, mentirosa. Ahora llorás porque te rompí en mil pedazos la cajita de música de tu abuela, ahora llorás y te hacés la pobrecita que sufre, pero la otra madrugada como a las cuatro de la mañana te vi con el celular en la mano. La luz de los chats iluminaba sólo tu cara y sonreías como hace meses no lo hacés. Ahí entendí todo pero esperé, porque soy un tipo inteligente, no como vos. Como a las seis, mientras dormías, leí todos tus chats.  Tan fáciles todas tus contraseñas, no servís ni para ocultar. Ahí estaba el pelotudo mandándote corazoncitos, pero esperé otra vez. Todo el día dándole vueltas al asunto. Dejé que te vayas a entrenar. Le hice la comida a los chicos -ya ni eso hacés- y los acosté. Apenas llegaste, insististe con ir a bañarte. Seguro mientras te duchás te hacés la paja pensando en él. Ya veo por qué no querés coger conmigo, ¿así me pagás todo lo que te di?

Solamente vos sos capaz de enamorarte de otro. Si es que eso se puede llamar amor. Te dije que esto no estaba bien, pero vos pensás que soy un pelotudo que no se iba a dar cuenta. ¿Te pensás que te creí que salías con las trolas de tus amigas? Todas putas, seguro que ellas te alentaron a buscarte un chongo. Podrías haber encontrado algo mejor, uno con menos cara de pelotudo en su foto de perfil. Que además está casado, ya averigüé todo. Lo voy a cagar a trompadas. Lo defendés encima, sos estúpida ¿Te dijo que te amaba? ¿Igual que a la mujer o más? ¿De qué tenés miedo? Lo voy a cagar a trompadas por arruinar a esta familia, para que su mujer se entere que está con un hijo de puta que le miente. Sos tan idiota que te dejás seducir por un casado. No llorés más, vas a despertar a los chicos, acércate que necesitas un abrazo. Déjame que te abrace, ¡dejame que te abrace!

Te mereces más que un cachetazo. Sos una puta que se anda encamando con otros, pero yo soy un buen tipo. Sé que podemos salir de esto, puedo perdonarte este error. Como cuando éramos novios, que te perdoné por los que hubo antes. Vos no entendías por qué me enojaba pero es que vos siempre fuiste para mí, yo soy tu destino. Ahora no es distinto, no pienses que porque estuviste con otro yo voy a dejarte. Te voy a perdonar.

Lo que sí, esta noche vas a gritar bien fuerte que la única pija que te gusta sentir es la mía.

5.

No puedo soportar que ya no me ames. Yo dejé todo para darte la casa de mis sueños. Necesito encontrar tu sonrisa, esa que ilumina todo cuando nos vemos, quiero  otra vez tus brazos, tu olor. ¿Cuánto tiempo pasó desde la última vez que nos abrazamos?. Ahora vos fumás todas las noches en el patio mientras llorás. Ahora las plantas están muertas. La casa nos come.

Vos y tus silencios, tus ganas de mantener todo callado, vos y tu desamor que me hicieron llegar hasta acá. Te sigo amando aunque no seas la persona que yo quiero.    Aunque no quieras ser esa persona. Es cierto que yo cometí algunos errores, que casi perdemos todo cuando le mentí al banco sobre el terreno del campo pero todo lo que hice fue por vos, para que tengas más. Nosotros siempre nos merecimos más. No puedo entender que me hayas mentido, yo dándote todo y vos me devolvés este engaño. Te veo y ya no sé quién sos. Se me derrumba el mundo de sólo pensar que alguien más te besó.

6.

No sé cómo se te ocurrió denunciarme, ni si lo hiciste con la ayuda del chongo, al que seguro pusiste al tanto de todo, al que no puedo encontrar por ningún lado para reventarle la cabeza contra el asfalto. Te juro que cuando te vea otra vez, cuando salga de acá, te voy a dar todo eso que te gusta tanto. Y no me vas a gritar nunca más. Me vas a pedir de rodillas volver a mi casa, porque no te olvides que es mi casa. Ahora todos están escondidos, los únicos que vinieron a verme son mis viejos y ya saben la verdad. Les conté sobre cómo vos no le hiciste honor a mi apellido, al de mis hijos, sobre cómo manchaste a esta familia, cómo dejaste la escalera. Saben que te estoy buscando, que tenés que volver conmigo porque este siempre fue tu lugar. Voy a hacer que me pidas perdón y yo te voy a perdonar porque te amo profundamente. Te voy a volver hacer el amor despacio, en el patio entre tus plantas, en el baño, en nuestra habitación, en la escalera brillante, en todos los rincones de la casa, para que la vuelvas a habitar de una vez por todas. La hiciste llorar a mi vieja, a ella también le vas a tener que pedir perdón. Mi papá me dijo que primero tengo que estar tranquilo, pasar esta noche acá dentro y ver cómo sigue todo. Le dije que hablara con vos para que retires la denuncia, pero no me contestó. Supongo que no le atenderás el teléfono.

La psiquiatra dice que me tengo que calmar, que querer salir a buscarte no es un buen plan. Que si no declaro lo que realmente pasó en el juzgado voy a quedar acá adentro para siempre. Que tengo que olvidarme de vos, que lo mío no es amor sino una obsesión. Que vos ya no estás. Que si no manejo mi ira no pueden bajarme la medicación. No entiende nada ¿a qué se refiere con que vos ya no estás? ¿De qué habla cuando me pregunta si estoy arrepentido? ¿Arrepentido de darte lo mejor? Es una estúpida la psiquiatra, no sabe nada del amor, seguro debe ser incogible, siempre tan seria y arreglada. No entiende lo que es que la persona que amás no te conteste los llamados ni los mensajes. Seguro cambiaste el número de teléfono pero sé que tarde o temprano vas a aparecer, o te pensás que me creo que no volviste a la casa. Te querés quedar con todo, hija de puta.

El abogado que contrató mi papá es otro idiota, dijo que tengo que dejar a tu familia en paz, que si sigo así en el juicio no van a poder declararme inimputable. La que sí se animó a venir es tu hermana. Quiere que firme unos papeles para cederle el derecho sobre los chicos. Ni para ser madre servís, seguro te fuiste con el chongo y los abandonaste. Que me lo venga a pedir ella, le grité. Tu hermana salió corriendo, llorando. Yo creo que tu hermana te tiene envidia. Y no es para menos, con el marido ese que tiene, un gordo que no sirve para nada. Nada que ver conmigo, para mí que te quiere reemplazar.

Pero yo no soy como vos, Maru. Yo jamás te engañaría. Vení a verme, Maru, lo hablamos, yo te perdono por todo y hasta soy capaz de pedirte perdón yo, por lo del empujón. La escalera se puede arreglar y, si no pudiste limpiar la pared, yo la vuelvo a pintar. Pero hablemos, no hablamos más desde ese día y las parejas hablando se arreglan.